2 may 2012

Refundando


Este post se publicó en Guionistas VLC el 16/04/2012
Hoy en día hablar de SGAE en este país es algo así como hablar del COCO. Tiene tan mala prensa que ha conseguido unir en su contra a sectores tan enfrentados como el 15M e Intereconomía.
Por cierto, no os perdáis la serie de sketch de Intereconomía sobre SGAE. Sin duda, todo un alarde de originalidad, ingenio, fina crítica y humor a partes iguales. Pero lo mejor y más significativo de todo son los comentarios. En ellos la gente critica el canal por facha pero al mismo tiempo afirman que los sketch les hacen mucha gracia y que dicen la verdad. Un comentario afirma directamente:La SGAE es hasta peor que Intereconomía. Acojonante.
Para conseguir esto es obvio que la SGAE ha tenido que hacer méritos. Uno no consigue tanto odio así como así, hay que currárselo. Todo esto es el fruto de años de opacidad en la gestión, abusos en la recaudación y una ausencia total de imagen de marca. Sencillamente a la Junta Directiva de la SGAE no le preocupaba lo que la gente pensara de su sociedad porque se creían intocables y estaban ocupados comprando teatros en Argentina.
El problema es que ahora la gente asocia esta actitud prepotente, chulesca y abusona de la SGAE de los últimos años con los derechos de autor. Con lo que ese odio ha pasado a identificarse con los autores. Un grave problema por muchas razones pero, sobre todo, porque esto le pone las cosas más fáciles que nunca a los que sueñan con hacer desaparecer los derechos de autor. Hay muchos intereses en este sentido y, si pueden, no perderán la oportunidad de salirse con la suya.
No me voy a poner ahora a defender los derechos de autor, ya lo hice en su momento. Ahora se trata de defender lo que hasta hoy nos ha servido para gestionarlos, la propia Sociedad General de Autores. Y no es ninguna tontería. La herencia que nos deja la anterior directiva no es solo de mala prensa, además la SGAE arrastra una deuda de 130 millones, una hipoteca de casi 20 y, según algunas fuentes, un problema serio de liquidez. Más que una herencia parece una putada.
Por suerte, en estos momentos se está llevando a cabo el que se ha dado en llamar: Proceso de refundación de la SGAE.
Si sois socios de SGAE es complicado que todavía no os hayáis enterado de que hay elecciones. Nos están acribillando la bandeja de entrada con emails pidiendo nuestro voto. Algunos incluso piden disculpas por molestar antes de hablar de su candidatura conscientes de que llegan de los últimos y que probablemente ya nadie lea su email. No es de extrañar teniendo en cuenta que a estas elecciones se presentan nada menos que 170 candidatos. Para entender lo escandaloso de la cifra basta decir que hubo menos gente en la mayoría de las asambleas generales de los últimos años. Pero es que el avispero está revuelto y hay mucho zángano revoloteando.
Desde luego, hay algo de lo que podemos estar seguros, estas elecciones serán distintas. Serán distintas por muchas razones, pero sobre todo por el excelente trabajo que realizó la comisión que salió elegida de la última asamblea general y que reformuló los estatutos eletorales. Entre otras cosas, se ha ampliado el número de socios con derecho a voto de 8.220 a 20.881. Concretamente podrán votar todos los socios que en los últimos 4 años hayan recaudado al menos un salario mínimo interprofesional mensual, es decir, 641,40 €. Una cifra realmente baja que incluye a prácticamente todos los profesionales en activo y deja fuera a una gran masa de gente que figura como socio de SGAE probablemente porque confundió la sociedad con el Registro de la Propiedad Intelectual y que la anterior directiva mantuvo en las listas para poder decir que representaba a 100.000 socios. Algo ridículo teniendo en cuenta que aproximadamente la mitad de ellos jamás recaudó un solo euro.
Pero, si hacemos caso a los rumores, a pesar de estos cambios, hay algo que parece que no cambiará en estas elecciones, que Teddy Bautista se presenta.
Evidentemente no lo hará personalmente, pero sí a través de candidatos que supuestamente son independientes pero que, desde la sombra, están siendo teledirigidos por Teddy Bautista. Sí, este tipo es como el monstruo de la última pantalla, cuando parece que ya está muerto va y te lanza su mejor ataque.
Todo esto son rumores, pero claro, cuando una candidatura tiene los santos cojones de llamarse “No estábamos tan mal” uno tiende a desconfiar.
Personalmente creo que la SGAE necesita finalizar ese llamado proceso de refundación refundándose de verdad. Si al final de todo este jaleo dejamos que sigan los mismos es que no hemos aprendido nada.
Esto ya lo hemos hecho los valencianos en las últimas elecciones autonómicas y, parece molón, pero no trae nada bueno.
El problema es que esta gente se las sabe todas. Si seguimos haciendo caso al río que suena, tendremos que creer que se está llevando a cabo una campaña de captación de voto puerta a puerta en la que las candidaturas continuistas están tratando de captar el voto de los autores más veteranos. Esta gente suele ser continuista y, además, son gente que ha recaudado mucho y que, por tanto, acumula muchos votos, por lo que no es ninguna broma.
En estas elecciones votará más gente que nunca, pero aquí lo de un hombre un voto no funciona. El voto de uno solo de estos autores puede tumbar el de veinte o treinta autores que empiezan.
La deducción es lógica, el absentismo favorece a la mano negra. Si votan los de siempre ganarán las opciones continuistas y seguiremos teniendo una SGAE instalada en la era de los casetes. Es importantísimo que en estas elecciones vote la gente que no solía votar y los que tienen voto por primera vez.
Por si sirve de algo, lo diré claro, yo voy a votar a AUNIR. Entre sus miembros hay varios guionistas comprometidos con su profesión que, si llegan a formar parte de la junta directiva, harán fuerza para que el peso del audiovisual crezca dentro de una sociedad todavía muy controlada por los músicos. Además, estoy de acuerdo con el enfoque de los diez compromisos que presentan en su candidatura y creo que van en la dirección correcta.
Para los que elijan esta misma opción, un apunte más. AUNIR, al igual que otras agrupaciones, no va a presentar su candidatura como grupo. Por la ley de D’Hondt, que rige en las elecciones de la SGAE, no les conviene presentarse como grupo, sino presentar a cada candidato como independiente. Lo que buscan es que el máximo número posible de los miembros de su grupo llegue a la Junta Directiva. Esto provocará que cuando vayamos a votar, si hemos decidido votarles, no podamos limitarnos a elegir las casillas de los candidatos de AUNIR porque sus siglas no aparecerán por ningún lado. Quien quiera votarles tendrá que conocer los nombres de sus candidatos, ir a votar con la chuleta o llevar la papeleta ya cumplimentada desde casa.
Todo este tema de las elecciones de SGAE, a menos que se interprete como una especie de thriller con intrigas palaciegas y un malo malísimo conspirando en la sombra, resulta tremendamente aburrido. Pero si eres guionista y aspiras a seguir ganándote la vida escribiendo, te conviene tener una SGAE fuerte. Pásate el día 26 de abril por la SGAE, que además este año podemos votar desde Valencia, y empuja un poco hacia la dirección que consideres más acertada. Y, gane quien gane, espero que al final salgamos ganando todos.

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