14 dic 2012

Mensajes ocultos del lenguaje audiovisual


Si tuvisteis la suerte de estudiar filosofía en el instituto, aunque sólo fuese un año, seguramente recordaréis el mito de la caverna de Platón. En él, se describe a unos prisioneros que viven encadenados de tal forma que únicamente pueden mirar hacia una pared donde se proyectan las sombras de unos objetos manipuladas por unos hombres que Platón identificó con los sofistas de su época.
Esta alegoría sigue plenamente vigente, solo que los prisioneros ahora son espectadores, las sombras pantallas y los manipuladores ya no son sofistas, sino los medios de comunicación.
Platón estaba obsesionado con la verdad. Creía en la existencia de un mundo de las ideas y estaba convencido de que en él habitaba la verdad inmutable de todas las cosas.
A mí la verdad me importa menos. No aspiro a contemplarla ni a poseerla. No creo que sea posible salir de la caverna, ni que haya nada fuera. Me concentro en tratar de entender mejor cómo funciona el mundo subterráneo, el de las sombras.
Vivimos en el siglo XXI, la retórica y las verdades a medias son nuestro pan de cada día. Todos conocemos a muchos sofistas, dignos herederos de aquellos que iban de plaza en plaza cobrando por sus lecciones y defendiendo lo uno o lo contrario dependiendo de lo que conviniese en cada momento, pero con la misma convicción y firmeza en sus argumentos. El problema es que, aún hoy, estos malabaristas del discurso muchas veces consiguen su objetivo.
Todos nacemos encadenados, todos somos espectadores. El reto consiste en levantarse y atreverse a mirar directamente el fuego. Ya lo decía Platón, la primera reacción natural de todo ser humano es la de intentar volver a la oscuridad porque, al mirar hacia el origen de la luz, los ojos se resienten.
Dejarse manipular, conformarse con la verdad que nos viene dada, parece lo más cómodo, pero ¿en qué nos convierte eso? Muy sencillo, nos convierte en cifras, en moneda de cambio, en parte amorfa de la masa.
Esta idea, la de que hoy en día todo el mundo ha de reconocerse a sí mismo como espectador y, por tanto, como receptor de toda una serie de mensajes intencionados que es necesario comprender y analizar de forma activa si no se quiere caer en la manipulación, es la que me llevó a proponer un curso titulado igual que este post y que empiezo a impartir esta misma tarde para la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Valencia.
Llevo tres años impartiendo cursos de iniciación al guión, pero este año me pidieron que les ofreciese algo distinto. Por eso me decidí a proponerles este curso a medio camino entre la filosofía y el análisis de medios con el que, estoy seguro, disfrutaré más que ningún alumno.
La idea es sencilla. Dispongo de veinte alumnos y de diez clases de dos horas cada una para provocar diez debates distintos con un único objetivo común, desarrollar el concepto de espectador activo.
Sinceramente, tengo mucha curiosidad por conocer al grupo de alumnos y ver cómo reaccionan ante lo que les he preparado.
En realidad, yo llevo asistiendo a mi propio curso más de tres meses, desde el mismo momento en que la Concejalía me confirmó que lo habían aprobado. Durante todo este tiempo he estado buscando material audiovisual que me sirviese para documentar las distintas clases que quería impartir. Y he encontrado auténticas joyas.
La que voy a utilizar en la clase de hoy, la primera, es un breve documental de 25 minutos que realizó TVE para celebrar su 50 aniversario. Forma parte de una serie titulada “La imagen de tu vida”, concretamente el capítulo “El mundo ante nuestros ojos”.
Nada más empezar, el documental lanza una frase tan contundente y poderosa, que podría considerarse toda una reflexión en sí misma: “El mundo se transformó al ponerle una cámara delante”.
Acto seguido, el documental analiza el modo en que la televisión revolucionó el modo de entender los acontecimientos históricos. Primero como un modo de contradecir al poder y condicionar la opinión pública en contra de sus intereses, como ocurrió en la guerra de Vietnam. Y después analiza el modo en que el poder aprendió a usar la televisión en su propio beneficio. Hasta llegar al 11S, el acontecimiento mediático más reciente, que fue retransmitido y seguido en directo por una tercera parte de la población mundial, adquiriendo la calidad de espectáculo.
Al final de todo este recorrido, el propio documental lanza otra frase demoledora: “Ahora, si algo no ha sido emitido, es casi como si no hubiese pasado”.
El mundo actual no se entiende sin la televisión porque la televisión lo transformó. Al observarlo el mundo cambió, justo lo que afirma el principio de incertidumbre de Heisenberg, que es realmente por donde empezaré la clase de esta tarde. ¿Lo conocéis?
Según este principio, aunque existiera un microscopio lo suficientemente potente como para poder ver un electrón, seguiríamos sin poder observar su órbita natural. Esto se debe al hecho de que para poder observar cualquier cosa es necesario iluminarla, o dicho de otro modo, sería necesario que un fotón de luz chocase con el electrón para poder verlo. El problema es que, al hacerlo, el fotón modificaría la posición y la velocidad del electrón. Llegando a la conclusión de que jamás podrá observarse la órbita natural de un electrón puesto que este nunca se comportará del mismo modo cuando está siendo observado que cuando no.
Sí, empezaré el curso hablando de electrones. Me encanta. De este modo, si hay algún aprensivo en la sala, tendrá la oportunidad de salir corriendo rápidamente. El resto, los que se queden, podrán debatir conmigo si este principio es aplicable también a lo que le ocurrió al mundo al ponerle una cámara delante. ¿Observar modifica el objeto de estudio?
Y lo que es más importante ¿vendrá alguien a la segunda clase? Sólo los reincidentes podrán ver cómo relaciono el concepto de Panóptico de Jeremy Bentham con CSI, o el mito del eterno retorno de Mircea Eliade con The Wire.
Ya veremos qué cara ponen.

20 nov 2012

Produce tú que a mí me da la risa


No hace mucho, me senté delante del ordenador, lancé la cola del frac por detrás de la banqueta como hacen los pianistas y, tocando las teclas sin desafinar ni un pelo, escribí:
SEC 1.- EXT. DÍA              TERRAZA
Os juro que en ese mismo momento, incluso antes de escribir las primeras acotaciones que vendrían después, yo ya pensaba que acababa de hacer magia. Me sentía inspirado, creativo, el puto amo. Sólo había escrito el encabezamiento de la primera secuencia y ya había conseguido situar la historia en un contexto mágico. Imaginaba una terraza, con la ciudad de fondo y los personajes hablando apoyados en la barandilla. Estaba seguro, acababa de hacer magia.
Pero me equivocaba, lo que acababa de hacer era liarla parda.
Si hay un consejo que creo que puedo dar a los guionistas que empiezan, es que traten de ponerse en la piel de todas y cada una de las personas que participan en el proceso creativo que empieza justo después de que ellos terminen de escribir. Todo guionista debería ser consciente del esfuerzo que requiere convertir las palabras en imágenes.
Evidentemente, no quiero decir que debamos aprender a operar una cámara, a iluminar, a sonorizar, a interpretar, a maquillar, a elegir vestuario, a dirigir, a montar, a producir… cada una de esas cosas son lo suficientemente complicadas por separado como para que alguien intente dominarlas todas. Si eres guionista, céntrate en aprender a escribir bien, que sólo con eso ya tienes trabajo para toda una vida. Pero comprender la dificultad de cada una de estas tareas y conocer de cerca a la gente que las desempeña enriquece mucho.
En mi empeño por conseguirlo, me he visto en medio de muchos rodajes manejando pértigas, llevando cosas pesadas de aquí para allá, preparando el catering, tomando notas de script, dirigiendo extras, dándole a la claqueta, hasta actuando, fíjate tú. Pero mi última traumática experiencia ha sido la de jefe de producción.
Había oído rumores de que eso de conseguir cosas era complicado, y yo me lo creía, pero esperaba que exageraran un poco…
Cuando asumí que iba a llevar la producción del corto “Què és un Guitar Hero?”, lo primero que hice fue empezar a pensar en el equipo humano que iba a necesitar. Por suerte, esa fue la parte fácil. Conseguí engañar a Óscar Bernàcer para que lo dirigiese, a Ramón Mascarós para que operase la cámara, a Juanjo Company para que iluminase, a Paco Tena para que sonorizase, a Ignacio Díaz para que hiciese las veces de Script, a Sarah Sanchis para que se encargase del vestuario, a Rosa Montolio para que maquillase, a Laura Giménez y Guadalupe Sáez para que se encargasen de la producción y a Javier Gallego para el montaje.
A los actores, Pep Sellés y Raul Julve, no los engañé. Sencillamente les envié el guión y crucé los dedos. Por suerte, ambos aceptaron colaborar con nosotros, por lo que pudimos trabajar con dos grandes profesionales que además encajaban a la perfección con los personajes. Para encontrar a Jaume Nieto tuvimos que organizar un casting y no fue fácil decidirse, la verdad. El nivel de los candidatos era alto. Pero ahora estoy seguro de que acertamos. Jaume lo hizo genial en el rodaje.
El problema vino después, cuando leí mi propio guión desde la perspectiva del productor, anotando en un papelito las cosas que iba a necesitar. No reproduciré la lista completa para no aburriros, pero os aseguro que maldije al cabrón que había escrito aquello. Aquí tenéis el TOP THREE de las exigencias del señorito: Una azotea o terraza comunitaria, una tienda de videojuegos y una planta de marihuana.
No parece gran cosa ¿no? No dice nada de helicópteros ni de huracanes. Pues no os dejéis engañar. Si hay algo que he aprendido en este proyecto es que encontrar una buena localización es algo complicadísimo. Necesitábamos dos y ninguna de ellas iba a ponérmelo fácil.
La primera, la terraza.
Supongo que, de haber contado con un presupuesto holgado, lo lógico habría sido elegir qué vistas queríamos para nuestra terraza y luego tantear los diferentes edificios que pudiesen ofrecerla para ver si las condiciones de sus azoteas encajaban con lo que necesitábamos y después hablar con la comunidad de vecinos para tratar de llegar a un acuerdo con ellos. Pero, careciendo de parné, el procedimiento tuvo que ser completamente distinto.
Visité todas las terrazas que tenía alguna oportunidad de conseguir porque conocía a alguien que vivía allí o porque pertenecía a algún edificio público o de alguna asociación con la que pudiese negociar. Pero finalmente, fue Carmen Valera, compañera del proyecto “Tots a una veu” del que “Què és un Guitar Hero?” forma parte, quien nos brindó la oportunidad de rodar en la terraza de la Finca Roja. Un edificio emblemático de la ciudad de Valencia. Todo un lujo.
Fotograma de “Què és un Guitar Hero?” con Pep Sellés y Raul Julve.
La segunda localización, una tienda de videojuegos.
Llegó un momento en que ya creía que no la iba a conseguir y que al final íbamos a tener que construir un decorado o convertir un videoclub en una tienda de videojuegos pero, mira tú por donde, no fue así.
Envié emails a las principales cadenas de tiendas de videojuegos que existen en España y que son unas cuantas. Sólo dos me respondieron y, de ellas, sólo Game llegó a concederme el permiso de rodaje. Eso sí, entre el primer email y el permiso definitivo pasó más de un mes y un amago de cólico. Pero la verdad es que no tengo más que agradecimiento tanto para el responsable que decidió ceder su espacio para nuestro rodaje, como para los dependientes que nos atendieron personalmente en la tienda las tres horas que estuvimos trabajando en su local.
Fotograma de “Què és un Guitar Hero?”  con Jaume Nieto.
Una vez conseguidas las dos localizaciones, pensaba que esto ya estaba hecho. Pero qué va… me faltaba la planta de marihuana.
La verdad es que nunca me preocupó demasiado lo de la planta. Siendo guionista, daba por supuesto que entre mis amigos habría más de un fumeta con aptitudes para la jardinería dispuesto a prestarme una plantita unas cuantas horas. Pues no. Cuando hice el primer sondeo, resultó que no había ninguna disponible.
Tuve la precaución de plantar yo mismo una planta (de crecimiento rápido) con todo el tiempo de antelación que pude. Pero, al ver que aquello no iba a crecer lo suficiente a tiempo, empezaron a entrarme los sudores fríos. ¿Dónde narices consigo ahora una planta de marihuana?
Hice un segundo sondeo más en profundidad, pero nada. Por cierto, aprovecho para denunciar como falso el mito de que los guionistas son unos fumetas. Al menos los que yo conozco juran que no lo son. Y más les vale que así sea, porque como algún día vaya a vuestra casa y descubra lo contrario… ¡¡me las pagaréis!!
Llegados a este punto, inicié una búsqueda exhaustiva. Empecé llamando a todas las Grow Shop que encontré, pero nada. Hablando con ellos descubrí que la venta e incluso el transporte de plantas de marihuana está prohibido. De hecho, estoy seguro de que más de uno se pensó que era un policía secreta tendiéndole una emboscada. Lo único que conseguí fue algo de información que me permitió seguir tirando del hilo.
Llamé a un banco de semillas de plantas de marihuana. Si hay semillas, habrá plantas, pensé yo. Pero lo que allí me explicaron fue todavía más extraño. Resulta que a ellos se les permite la venta de semillas, pero el objetivo de dicha copra ha de ser siempre el coleccionismo, las semillas no deben usarse en ningún caso para plantarlas. A esto lo llaman un agujero legal en la legislación. Yo lo llamo GILIPOLLEZ.
La cuestión es que allí tampoco hicieron mucho por ayudarme, excepto informarme de que algunas plantas de la familia del cáñamo, sin ser ilegales, se parecen muchísimo a la marihuana y podría dar el pego perfectamente en pantalla.
Así que el siguiente paso fue llamar a los viveros. Hablando con ellos descubrí que las plantas de cáñamo se usan como alimento para aves, y que además del cáñamo hay otras plantas con las hojas muy similares a la marihuana, como la araldia splendens.
Muy interesante todo, casi tan interesante como caro. Así que decidí que, como segunda opción, no estaba mal tener una araldia en el banquillo. Eso luce mucho. Pero mejor seguir buscando.
Entonces fue cuando hice la llamada el ahorro. Descubrí que en Valencia hay una asociación de fumadores de cannabis, THC-Valencia se llaman. Les llamé, les conté mi problema y me invitaron a ir a su local.
Una vez allí, estuvimos hablando un rato. Me contaron que, entre otras cosas, de vez en cuando organizaban proyecciones de cortos que tuviesen que ver con la marihuana. Casualmente, hacía unos años yo había participado en el rodaje de uno con esa temática y les hablé de él. “El bálsamo de María” se llamaba. De mi buen amigo Javier Carrillo.
Ese día me dijeron que lo hablarían con los socios a ver si alguno se animaba y me prestaba una planta. No salí de allí muy convencido, la verdad. Pero al día siguiente me dijeron que habían visto el corto, que les había gustado y que podía contar con una planta, ellos se encargaban de conseguírmela. Y cumplieron, ya lo creo que cumplieron. Me pusieron en contacto con una de sus socias que me dejó una planta de marihuana preciosa, con la medida justa y en flor.
Al final lo conseguí todo a tiempo. Pero me costó lo mío. A estas batallitas hay que sumarle todo el trabajo que conlleva coordinar equipos, convocar reuniones, organizar ensayos… vamos, que lo me lo he pasado teta.
He aprendido mucho, eso sí. Ahora conozco de primera mano el trabajo que supone solucionar cada uno de los problemas de producción, sé medir mejor las consecuencias de todo lo que escribo y eso me ayudará la próxima vez que necesite ajustar el guión a las necesidades de la producción.
Bueno, y también he aprendido otra cosa muy importante. He memorizado una frase que diré sin pestañear si alguien vuelve a preguntarme alguna vez quien se encarga de la producción. Diré: Produce tú que a mí me da la risa.

4 nov 2012

Catálogo incompleto de las relaciones humanas


Un guionista sano tiene una esperanza de vida media de unos 80 años. A lo largo de ese tiempo, el guionista tipo, mantendrá una media de 8’7 relaciones sentimentales en primera persona, pero escribirá, de media, sobre la vida sentimental de 734 personajes. (Datos obtenidos por la Universidad de Massachussetts.)
¿Qué quiere decir esto? Que la mayoría de las veces que un guionista escribe sobre una relación sentimental lo hace de oídas o usando su imaginación.
Llegados a este punto sólo veo tres opciones:
-Que el colectivo de guionistas sea más promiscuo con la excusa de que necesitamos experimentar y elevar la media de 8’7.
Esta opción es atractiva, hay que reconocerlo. Pero no creo que a mi chica le hiciese mucha gracia que yo abogase por ella, así que vamos a descartarla.
-Que cada guionista escriba sólo y exclusivamente sobre los tipos de relaciones que conoce de primera mano.
Esta opción ni se valora. Paso de que cada vez que escriba algo todo el mundo lo lea con una media sonrisa en la cara sabiendo que todo lo que le pase al protagonista me ha tenido que pasar a mí antes.
-Asumir que esto es así, que los guionistas tenemos que ser capaces de ponernos en la piel de personajes que están viviendo situaciones sentimentales muy distintas a las que nosotros hemos vivido en nuestras propias carnes y que el resultado de nuestro trabajo puede ser verosímil y enriquecedor a pesar de que no sea estrictamente autobiográfico.
Esta opción es la única que nos queda, así que al menos habrá que intentarlo.
El siguiente catálogo no es más que un tímido intento por trazar un mapa del terreno de lo sentimental. Algo así como un menú degustación del amor. Un listado de opciones para guionistas atascados que no encuentran la mejor opción para enrollar a sus personajes. Una colección de pedazos de vida… ya paro.
FLIRTEOS
¿Se lo dices tú o lo hago yo?
Lo que en jerga guionística se conoce como URST o tensión sexual no resuelta. A los dos les pica la entrepierna cada vez que se acercan demasiado y suspiran mucho cada vez que se alejan. Lo normal sería que alguien hiciese algo de una puñetera vez, pero no hay forma de que den el paso definitivo. Estas situaciones suelen funcionar muy bien porque mantienen el suspense y, si está bien hecho, todo el mundo está dispuesto a soportar los capítulos que hagan falta para ver, por fin, un beso entre ellos.
Tu padre no me deja
Uno de los amores más clásicos de la historia, el de Romeo y Julieta, el de: yo te lo hacía aquí y ahora pero tu padre no me deja. Amores imposibles que lucharán contra la sociedad, contra los elementos y contra todo lo que haga falta por acabar juntos y no necesariamente muertos.
A ti lo que pasa es que te va la marcha
Alguien está enamorado de alguien y no lo disimula porque no sabe o porque no quiere. La otra persona lo sabe, pero no le corresponde sino que aprovecha la situación para sacar beneficio del enamorado. Da igual las perrerías que le hagan, cuando el amor es incondicional es para siempre. Hasta que se acaba, entonces es muy probable que la tortilla se de la vuelta.
El que la sigue la consigue
Alguien va detrás de alguien durante mucho tiempo, parece que nunca lo conseguirá, pero al final la cosa acaba bien.
En estos casos, si el eterno enamorado es un protagonista de esos que encarnan la bondad y el objeto de deseo es descrito como un personaje que evoluciona desde lo superficial a lo realmente importante, que es la bondad de las personas, se puede conseguir un final redondo de los que levantan a plausos, lágrimas de satisfacción y un sentimiento de paz interior equiparable al séptimo estadio karmico. Pero cuidado, también se han dado casos de descomposición gástrica generalizada entre la audiencia.
¡Iros a un hotel!
A estos dos empezó a molestarles la ropa desde el primer momento en que se conocieron. Miraditas, sonrisitas, roces disimulados, frases halagadoras ingeniosas… Es evidente que acabarán enrollándose desde el minuto uno. Pero qué largo se hace ese minuto.
Tengo el ratón al chilindrón
En estos tiempos que corren no se nos podía olvidar esta nueva forma de relacionarse que está causando furor, el amor 2.0 a través de webcam, de whatsapp, de facebook… Pero ojo, que la gente igual se enamora que corta vía whatsapp. Y si lo primero puede parecer original y moderno, lo segundo es claramente rastrero y cobarde. Muy moderno todo sí, pero pizca saborio qué quieres que te diga.
PAREJAS
Falling in love total
Son la pareja perfecta, sin fisuras. Llevan años juntos y así seguirán hasta que la muerte les separe. Se comprenden y se apoyan el uno al otro pase lo que pase. Son una naranja entera.
Este tipo de relaciones vienen muy bien para las sit-com. Ya se te ocurrirán mil formas de que parezca que hay una crisis de pareja, al final de cada capítulo siempre se demostrará que de eso nada.
Te quiero tanto que te mataría
No se llevan bien y discuten continuamente, pero siguen juntos. Puede que acaben todas sus discusiones en la cama, o que sencillamente se soporten porque llevan tantos años juntos que ya les parece más fácil y más cómodo seguir juntos que separarse. Lo que importa es que jamás serán felices juntos pero tampoco se separarán nunca.
¿Y tú quien eres?
Llevan tiempo juntos pero, en realidad, no se conocen. Hay varias posibilidades:
-Se guardan secretos importantes que, cuando salgan a la luz, lo removerán todo.
-Su relación ha sido siempre superficial y con los años se han convertido en una costumbre, pero jamás se han molestado en conocer de verdad a la persona que duerme cada noche a su lado. Una situación límite que les saque de la rutina puede provocar que de repente descubran cosas del otro que jamás se habrían imaginado.
-Y, puede que la más triste de todas las opciones, uno de ellos ha perdido o está perdiendo la memoria y el otro se esfuerza por conseguir reconquistar a su pareja.
Agua pasada sigue moviendo molino
Tuvieron algo hace tiempo y lo dejaron, pero ambos siguen sintiendo algo. Es algo así como un amor imposible pero al revés. A todo el mundo, especialmente al espectador, le encantaría que volviesen, pero ellos mismos se lo impiden. Parecerá que van a volver mil y una veces, pero en el último momento siempre volverán a aparecer los reproches, las inseguridades y los: Tú no cambiarás nunca.
TRIOS
Open your mind
Son pareja y les va bien, pero han decidido que cada uno puede tener un rollito de vez en cuando. Ambos conocen las aventuras del otro y les parece bien, es más, eso les mantiene más unidos.
Qué difícil es que algo así, en la ficción o en la vida real, acabe bien. Pero como punto de arranque no tiene precio.
El cornudo siempre es el último en enterarse
Pues eso, que a alguien se los están poniendo pero bien y no se entera. Esta situación, en principio, crea una víctima (el cornudo), un traidor (el infiel) y un daño colateral (el amante). Pero partiendo de esta situación inicial las variables tienden a infinito. Si, por ejemplo, el amante sabe que se está metiendo en medio de una pareja y además conoce a la víctima (ya no te cuento si son muy amigos) pasa de ser daño colateral a otro traidor.
Si el infiel es alguien débil, que cayó en una especie de emboscada amorosa por medio de mentiras y engaños, podría llegar a considerarse víctima.
Y si el cornudo nos cae mal porque no cuida su relación y trata mal a su pareja, el traidor pasa a ser la víctima y puede que hasta nos alegremos de que por fin encuentre el amor con su amante.
Casi podría crearse un catálogo con las variaciones que este tipo concreto de relaciones a tres pueden provocar.
Aquí huele a cuerno quemao
Se parece mucho a la anterior, pero hay una diferencia importante, el cornudo se ha visto los cuernos. Lo sabe, pero disimula. Algún motivo tendrá para aceptarlo, perdonarlo o sencillamente fingir que nunca pasó.
¿Te presento a mis amigas?
A alguien le gusta alguien pero por algún motivo ha decidido que no puede ser. Así que se convierte en una especie de asesor matrimonial que se esforzará y mucho por conseguir emparejar a aquel que en realidad querría para sí con cualquiera que le parezca lo suficientemente bueno. Puede que logre disimular un tiempo, e incluso que tenga éxito como Celestina, pero al final lo más probable es que acabe confesando.
Ni contigo ni sin ti
Tiene una relación estable, pero le gusta otra persona, pero tiene una relación estable y así todo el rato. No quiere romper su relación porque le quiere y porque se sentiría fatal haciéndolo, pero al mismo tiempo ha conocido a alguien que le atrae muchísimo y encima el feeling es mutuo.
Esta es una de esas situaciones en las que siempre, antes o después, acaba surgiendo la pregunta ¿se puede querer a dos personas a la vez?
ORGÍAS
Dale al FF y verás
No es coña, en la mayoría de las series que duran más de una temporada todo el mundo acaba enrollándose con todo el mundo. Y si estamos hablando de una telenovela, además, el resto del tiempo lo único que hacen es hablar precisamente de eso.
Tengo la teoría de que algunas series son una especie de orgía a cámara lenta.
Calculo que me he dejado por explicar entre 1.000 y 1.200 tipos de relaciones tipo. Así que si conocéis alguna que no haya nombrado ayudadme a ampliar el catálogo en los comentarios que para eso están. Y si sois guionistas y habéis tenido menos de 8’7 relaciones sentimentales espabilad un poco que como nos despistemos nos va a bajar la media.